Regreso a casa con media sandía bajo el brazo. Una prueba de que el verano ha comenzado es la apertura del puesto de latón verde. Son las 18:15 de un 9 de junio con temperatura de 37 ºC. Apenas dos minutos de paseo pero siento que no voy
llegar. El aire quema y, aunque nunca he tenido las pestañas exageradamente
largas, noto como corto el aire abrasador a golpe de mariposa. Tanto es así, que
temo que la próxima persona que me encuentre en el paisaje desolador sea al
mismísimo Satán envuelto en llamas. Ahora soy yo quien reclama la ayuda de su
máximo enemigo, ¡Señor! dame fuerzas para llegar sana y salva. Sin quemaduras
solares, al menos.
Esta semana conviene estar ORGULLOSO. Y satisfecho también,
claro que sí. Ambas cosas a pesar de que el nuevo Ilustrísimo Ayuntamiento de
Madrid haya decidido colocar la bandera multicolor en un lateral de su fachada presidida
por una rojigualda de tamaño considerable. Más grande que la anterior. Burro
grande, era de esperar.
Fuente: 20 Minutos