En septiembre damos
muchas vueltas. Tantas que nos mareamos, vomitamos y hasta perdemos el sentido.
Vuelta de las vacaciones, vuelta a casa, vuelta al trabajo, vuelta al cole,
vuelta a la rutina, vuelta al gimnasio, vuelta a los atascos, vuelta al tono acelga
y… la Vuelta Ciclista a España en una época en la que de sobra saben que ya no
podemos echarnos la siesta.
Otra cosa que se estila
mucho en septiembre es el inicio de los coleccionables. Una bonita ocasión para
hacerte con un vinilo de Los Beatles, la primera pieza para la maqueta de la
Torre Eiffel, una miniatura de Harley Davison o unos ovillos de lana de la
prestigiosa e inigualable colección Mis
creaciones de crochet. Otra cosa sin la que difícilmente podríamos pasar el
trago del retorno es el inicio de las nuevas entregas televisivas. La
temporada terminó con la protagonista herida de tres tiros en el estómago y
desangrada pero tú guardas las esperanzas intactas. Su marido también estaba
cumpliendo cadena perpetua por cargarse a su propio padre y ahora es fiscal general
del Estado. La vida da muchas vueltas...¡Maldición! Otro giro más.
Pero si algo puede
atribuírsele a septiembre eso es moda. Tienes los pies a lo Mogli después de
llevar tres meses sin ponerte un zapato cerraó y la marca del bañador tan
intensa que, a veces, se te olvida ponerte la ropa interior pensando que ya la
llevas puesta. Pero mirad, qué queréis que os diga, nos cansamos de todo. Ahora
que se han acabado las rebajas, miras con anhelo las gabardinas y los botines. Si
es que hasta los calcetos del Primark te
despiertan admiración. Es sentarte en una terraza y notar una mini ráfaga de aire para plantarte la
chupa vaquera.
- Pues parece que se ha
levantado fresquito.
- Sí, juraría que he
visto a la castañera repartiendo cucuruchos de papel, ¡no te jode!
Tú por si acaso, ya has
hecho una primera búsqueda de tendencias para este otoño-invierno para satisfacer a tu cuerpo ansioso de tela. Que resultan ser muy parecidas a las
de años pasados. Igual tienes suerte y, al desinflar tus bolsas al vacío, encuentras
algo que te sirva. Un metalizado por allí, un rosa millenial por allá. Alguna pluma,
algún fleco. Y el pantalón jogger arreglaó en combinación con stiletto para
ir a la oficina. Ah, y las blazers o americanas imprescindibles año tras año.
Los que me conocen saben que siempre he sido una visionaria. En los 90, yo ya tenía personal shopper. Mi abuela hacía provisión a primeros de septiembre, principalmente, en Cadena Q (o “el Quemor” como le
llamábamos nosotras) y Josmar (de la que me encantaban sus bolsas de Tom &
Jerry) y vuelta al cole apañada. Tan chulos eran los pijamas multicolor que servían como chándales, 100% algodón o felpa.
Pero si tú no tuviste esa suerte y sientes morriña por cómo serían tus compras de este fin de semana si aun vivieras en la gloriosa época de los 90, hacemos un repaso de buenas e imprescindibles adquisiciones.
Peto vaquero
Te falta el rastrillo y el sombrero de paja para parecer el granjero de la Granja de Orson pero tú te miras al espejo y te ves tan sumamente ideal que poco te importaría limpiarle el trasero a los cochinos si con eso consiguieras ganar unos "Ks" de followers. Ahora, lo que se lleva son los monos estilo worker, esos mismos que los pintores se colocaban para disparar gotelé por doquier.
Crop Top
En el mismísimo año 2021, te crees lo más de lo más por poder colocarte un crop top y lucir ombligo o abdominales oblicuos si tienes esa suerte. Pero, en los 90, la chicas de Sensación de Vivir o Salvados por la Campana no salían de casa sin ellos.
Pantalones arriba
Julián Muñoz los lucía orgulloso cuando aun era un ser lozano y lustroso. Ah, y ladrón. Mira que soy lista pero no tengo ni idea de a quien se le ocurrió la maravillosa idea de crear la combinación top + pantalón de talle alto pero desde aquí te digo dónde quiera que estés: ¡olé, olé y olé! Si lo mas in fuera enseñar toda la panza, no nos quedaría más remedio que cancelar la ingesta de alcoholes varios y buscar un buen banco de abdominales en Wallapop.
Camisas estampadas
Caballeros hipsters. Qué guapos van ustedes con sus camisas de dibujos varios abrochadas hasta el último botón. Vale, en los 90, no se llevaban tanto los modelos slim fit pero hablando de estampados: claramente lo petaban!
Un momento. Esto ya lo había visto antes...¿Otra vez la maldita vuelta?

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