Morcillas Morvega: Magia enfrascada

Al igual que la gran divulgadora "La abuela Geek", mi post de hoy tratará de unir tradición con modernidad.

El milenario arte de aprovechar de un cerdo todo lo que se pueda, incluso la sangre y el sebo, creo uno de los manjares por excelencia, LA MORCILLA y si es de León muchísimo mejor (la provincia no el animal).


Mi abuela hacia morcillas, todo un curro amigos, cortar en cachitos cientos de cebollas, bregar con litros de sangre, especias, grasaza, pan... y frío a tope, y salían mogollón de morcillas que repartía con todo el mundo (otro día hablamos de como mi abuela podía hacerle un pollo guisado a unos perfectos desconocidos y dejar a sus nietos con huevo frito...)

Me llego a mandar un paquete desde su pueblo en León hasta Madrid con un par de días de fiesta y un fin de semana de por medio relleno de ricos productos perecederos, con lo que los funcionarios de Correos estuvieron apestados varios días debido a la inevitable caducidad de la delicia en cuestión.

Desde hace años no esta para hacer este tipo de cosas, aunque aconseja y corrige sabiamente a los cocineros de la tele, por lo que hay que buscar alternativas.

La mejor? los tarros de Morcilla Morvega que mediante un proceso prácticamente artesanal de fabricado y otro de pasteurizado permiten evitar que se estropeen tan rápido y por lo tanto almacenarlas o trasportarlas de manera segura e higiénica. CAVIAR DE LA MONTAÑA

Los Reyes me han traído unos cuantos botes de dicha ambrosía de la que daré cuenta a la salud de mis seguidores del blog (es decir me las comeré yo y mi familia).

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