A San Fermín venimos por ser nuestro patrón ¿lo qué? Look festejos (By Melgui Fresh)

Los pamplonicas viven su semana grande. Y los alemanes. Y los irlandeses, Y los mejicanos. Y los estadounidenses. Y los, y los…Porque los pamplonicas, no nacen, se hacen. Y como dicen sus vecinos bilbaínos, los pamplonicas, también, nacen dónde quieren. O dónde les sale de los cojones. Lo que se prefiera. Y es que todo es multitudinario y plural, hasta el santo protagonista de estas fiestas pasa de ser San Fermín a San Fermines. Porque desde el 7 de julio, en Pamplona, hay sitio para todos. ¿Te apuntas? Yo paso, para ponerme hasta las patas de calimocho y rozar la insconciencia, me sirve cualquier parque.

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El aire que corre calle abajo por Estafeta es arraigado y añejo. Más difícil de quitar que la sangre de los mozos despistados o las manchas de kalimotxo. Va cargado de la esencia de los festejos de nuestra querida patria. De nuevo, la tríada alcohol, religión y animal (preferiblemente toro);  garantiza el éxito y el disfrute del personal. Tras el chupinazo, el ejercito de pañuelicos rojos despliega a sus soldados con cuidada estrategia. A pesar del entusiasmo inicial, la crueldad de la batalla hace que muy pocos lleguen a entonar victoriosos el “Pobre de Mí”. Sus provisiones terminan por jugarles una mala pasada y la ciudad se ve regada por miles de cuerpos inertes llevados por la corriente de ríos de vino y meados.

El batallón de los corredores es el que, cada año, termina con dignidad aunque, no siempre, de una sola pieza a pesar de que las autoridades les guardan las espaldas evitando que algún soldado de otro retén intente colarse y llevarse la gloria final. Toros derrapando por estrechas y empedradas calles embistiendo por doquier guiados por periódicos enrollados. Vómitos, suciedad, exceso, ridículo, degradación y comas etílicos. Me van a perdonar, pero antes que utilizar el diario para azotar las nalgas de un animal o avivar las llamas de la barbacoa, yo prefiero leerlos. Sí, soy rarita, que le vamos a hacer. El reclamo turístico para estos días es “Pamplona, la ciudad sin ley” poco más que decir. Ah sí, gracias Hemingway.

   
¿Qué no os convencen los San Fermines? Nos os preocupéis, ¡será por fiestas! Si lo preferís, allá por el mes de marzo, podéis deleitar vuestros oídos con la dulce y sublime melodía resultante de la mascletá fallera. Un espectáculo de luces y sonidos sin igual. Eso sí, prepara el gaznate porque sin bebercio el espectáculo es infumable. Por si los petardazos no te parecieran suficiente reclamo, es del todo didáctico presenciar como las llamas devoran los monigotes rellenos de meses de trabajo y billetes de 50€. Si le coges gusto a las tierras valencianas no puedes pasar sin vivir La Tomatina. Esta vez en el pueblo de Buñol, lo que garantiza la diversión es arrojarse tomates como descosíos. Es bonito ver como se produce comida para luego tirarla, los del Banco de Alimentos tienen que estar la mar de contentos con la iniciativa. Pero rebozarse en la pulpa de esta hortaliza bien merece el derroche, la sensación es tal que, a partir de entonces, cada vez que tus pies van a parar a un bar pides dos bebidas por cabeza: caña y zumo de tomate. La primera para bebértela, el segundo para tirártelo por encima.

¿Y qué me decís de la Romería de la Virgen de la Cabeza en Andújar? Tremendo documento. Me pirra ver como al paso de la virgen arropada por la compañía de un sacerdote, lanzan al aire a niños de todas las edades para otorgarles el privilegio de ser bendecidos por la doña. Acaso, ¿tal hazaña bien no merece el llanto desesperado y trompicones varios de la criatura? Los pequeños van en volandas hasta la misma gloria, que más se puede pedir. Además, el párroco lo devuelve de una pieza. Eso sí, puede que en los brazos de otra madre a 200 metros de distancia. La cogorza de los presentes es tal que terminan por no saber si están en un pueblo de Jaén o en El Rocío escalando la verja de la Blanca Paloma.

Lo que está claro que las fiestas populares tienen su influencia en la moda y ante tal hecho una no puede pasar inadvertida. También es cierto, que gracias al elemento dominante dentro de la tríada anteriormente mencionada, el alcohol, en gran parte de los saraos no tienes porqué preocuparte en demasía por la indumentaria: uno, la gente está tan ciega que recaer en tu vestuario es tan dificil como que Falete entre en un Salad&Co; dos, en los momentos de euforia la ropa sobra y se tiende a despelotarse sin razón aparente.

San Fermín

Es por todos conocido que en verano los colores 
claros tienen el poder y San Fermín lo sabe. En las afamadas fiestas pamplonicas el look total white es tan imprescindible como tener la capacidad de perder y recuperar la conciencia en repetidas ocasiones. Adereza tu blanco nuclear con completos en rojo, los imprescindibles y tradicionales son el pañuelo atado al cuello y el fajín pero nosotros vamos un paso más allá: combínalo con unas lonetas rojas ¡marcarás tendencia! Eso sí, no nos volvamos locos, el modelito te durará tanto como lo que tarde el primer avispaó en abrir la primera botella. 

Tomatina

 

Emplea tu tiempo en lo verdaderamente importante: tirar tomates. Me cuesta decirlo pero, en este caso, ponte lo que te salga de las mandangas. Que más dará, si cuando empiece la guerra no se distingue si vas de Armani o con ropa comprada en el Alcampo como Pablo Iglesias. Si algo me gusta de esta fiesta es que aquí todos son iguales. La Tomatina no entiende de cocodrilos, caballos o Adidas con tres o cuatro rayas, ¡al cuerno con ello! ¿Quieres un must? Hazte con unas buenas gafas de bucear, además de dar el toque de sofisticación te serán muy útiles.Si quieres ir más allá y utilizar gorro de baño, tú mismo.


Fallas

Cómo empezar...me lo he puesto complicado. Unir fallera y moda en la misma frase es misión imposible. Me da penilla porque para estas muchachas es todo un orgullo, qué lástima. Me consta que, además, el atuendo en cuestión les sale por un pico. Encima. Para evitarte gasto inútil y darle una vuelta de tuerca al concepto, puedes salir del paso con un vestidito globo, espardeñas y dos trenzas en el pelo para lograr el efecto ensaimada rellena de cabello de ángel. No quería cerrar esta entrada sin mostrarle mis respetos a la muchacha de la imagen.



“Vestirse bien es un acto de gratitud hacia uno mismo y de cortesía hacia los demás” - Stefano Pilati (director creativo de Yves Saint-Laurent)


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