Encantado de poder presentar a la segunda persona invitada en este blog, su nombre es Melgui Fresh, una de las mejores. Es una recopilación de éxitos frikardos del Youtube, que hará las delicias de oficinistas aburridos.
Gracias Fresca!
Fuerte el aplauso, merece la pena...
Existen acontecimientos en la vida que hacen reflexionar sobre la propia existencia del ser humano. Nuestros actos ejercen una influencia directa sobre alguien o algo y no podemos, o mejor dicho no debemos, permanecer ajenos a esta realidad.
Mi modo de ver la vida cambió sentada frente
a un ordenador en una trastienda repleta de cajas a la que, algunos, llamaban
oficina.
Un vídeo. Fondo amarillo ranciete. Un señor
vistiendo el mejor de los trajes moviéndose sobre un escenario diáfano. Un
sonido hipnotizador. Una canción para la historia.
T-R-O-L. Cuatro letras. Sólo cuatro bastaron
para hacer una composición memorable. Como los grandes, tuvieron que pasar
muchos años para que se reconociera su grandeza. Al menos, en este caso, su autor
pudo ver el éxito (aunque tardío) de su obra y morir feliz sabiendo que siempre
sería recordado.
Ese era su deseo, crear un canto a la alegría,
al positivismo. A eso que pronto acabará por devorarnos a todos. Ojalá.
Mi nueva perspectiva tiene un responsable y, aunque todo empezó con el hombre de cara aterradora protagonista de este vídeo (mira que es feo el condenao), aprovecho su blog para darle las GRACIAS.
Sí, es un friki gafapasta pero uno de los mejores. Él me enseñó el camino de la risa fácil. Es mi mentor en Youtube y mi inspiración en esta entrada.
Pero, no nos salgamos del camino por flirtear con la exaltación de la amistad. Sin más demora os presento al hombre que cambió mi vida: Edward Anatolyevich Khil. El anunciador del siglo XXI.
Pero Edward solo fue el inicio del cambio. El
primer grano de arena que, después, formaría una gran montaña que aún hoy
pervive aunque estemos lejos del que fue su epicentro. Como olvidar la amargura
de Delfin hasta el fin en su canto a
la desgracia acontecida en las Torres Gemelas. El desgarro de su profundo
lamento es difícil de olvidar.
Compatriota de Delfin (deben de ser de muy
cerca) nos encontramos a la inigualable Wendy Sulca y su ambiente infantil totalmente depravado. Como lo es también la letra pegadiza de Pamela Chu. Unas notas que no dejan
ventanas abiertas al simbolismo ni al subconsciente. Repetid varias veces su
título y sabréis de lo que hablo. El mismo sistema que Monja-Jamón. Muy sutil.
Y de tierras sudamericanas llega también el gran
Chip Torres con su excitante melodía “Te voy a dar un byte”. Por favor, no os quedéis solo con la extraordinaria voz
de su intérprete, prestar mucha atención a la elegancia y coordinación de sus
movimientos. Su próximo hit deberá ser la versión renovada del “Lago de los
cisnes”, un potencial como ése no puede desperdiciarse únicamente en ritmos latinos.
Y como olvidar al niño gordo castigado por sus hermanas haciéndole presenciar una
actuación cercana a la experiencia con la muerte. Sé que es cruel, inmoral,
incluso denunciable. Pero, (que conste que me da pena todo el mundo) en este
caso no puedo hacer otra cosa que llorar de la risa por lo surrealista de la
escena.
A los ateos y republicanos (espero que una
cosa vaya ligada a la otra) les recomiendo dos clásicos: El viejo hereje y el Rey es mi padre.
A los adictos a la cebada, que no a la
cerveza, como es mi caso, os vendrá bien saber que es mejor comprar provisiones
de sobra para no tener que visitar el súper en un momento complicado. El título
no deja lugar a dudas: Borracho comprando cerveza en el supermercado.
Un supermercado también aparece en el video
más visto de una de las estrellas más reconocidas actualmente: Lory Money. Su
tema Ola ke ase? fue otro
descubrimiento por casualidad y, desde entonces, un fijo en las listas de
reproducción de las fiestas más frikis. Sirva de ejemplo que yo lo llevo hasta
en el USB del coche.
Termino mi primera lista de videos (así me aseguro otro hueco en este afamado blog) con algo, que sin duda, merecerá un post propio espero, eso sí, que en mi propio cuaderno de bitácora: La Batamanta. Prefiero no decir nada más, solo que fue el motivo por el que he aumentado en gran grado mi esperanza de vida. Una semana a una media de cincuenta reproducciones al día, dolor de mandíbula. Muy fuerte. Iñaki, qué grande eres.
Son tantas las referencias de las que el bendito Youtube nos nutre. Y que dure. Y que se mantenga. Porque, aunque nos parezca mentira, siempre habrá alguien para el que sea la primera vez. Hace unos días me contaron algo que afirma esta teoría. Resulta que un chaval dedicado a guardar reses en el campo renueva su antiguo terminal móvil de tapa y antena del 99 por un iPhone 5. Sí, cuanto menos drástico. La cuestión es que empieza a trastear y pasados unos días comunica a su grupo de amigos: “Joer tíos, he encontrado una página en internet que busca todos los vídeos que quieras. Se llama youtube,”.
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