Otra vez no, toca arreglarse (by Melgui Fresh)

A nuestra colaboradora Melgui Fresh le han vuelto a invitar a una boda. Si sigues sus pautas recien llegadas de 1990 no puedes perderte este "Look Total Stylist" con el que amigo/a no pasarás desapercibido, llevándote la totalidad de las miradas... Esto es un Ego-blog o no?




Llamada de mi amiga Marta. Resulta que quiere quedar. Raro. De la última vez, ha pasado casi un año. En los apenas cuatro minutos que dura la conversación telefónica, me cuenta que está bien pero que podría estar mejor, que le ha salido una mancha en la muñeca y va de camino a hacerse unas pruebas. Que le pica mucho. En el curro, hasta arriba, saliendo a las tantas todos los días. Los fines de semana, se va a la casa de la sierra para desconectar. Se ha comprado un perro y el gato se lo ha dado a su hermana. Le hacen daño los zapatos, son nuevos y le rozan. Se le olvidó ponerse una tirita al salir de casa. Marta es así. Un poco neurótica y bastante hipocondriaca. Muy trabajadora con lo suyo y, también con lo de los demás. Es ambiciosa, siempre quiere más. Está convencida de que dos días entre árboles le desintoxican los pulmones del aire nocivo acumulado durante la semana. Cambia una y otra vez de opinión pero necesita reafirmase constantemente. No es nada previsora, actúa por impulsos. 
 
Cuando llego, sorpresa. Ella ya está. También es impuntual. Está sentada en uno de los taburetes al final de la barra. Antes de saludarla, me acerco por su espalda y pido un botellín, creo que lo voy a necesitar. Ahora sí, voy hacia ella. Diez primeros minutos poniéndonos al tanto de lo más inmediato. Y claro, bajo la guardia. Me olvido de la sospechosa cita y me zambullo en mis historias cotidianas como la mejor de las narradoras. Aprovecha el momento en el que dedico cuerpo y alma a apurar mi botijo. Qué truhana, cómo me conoce. Me coloca un sobre al lado de la mano que tengo libre mientras con la otra empino el codo. Miro de reojo y en cuanto identifico el satinado y el gramaje, lo tengo claro. Y sus dos palabras me dan la razón: ¡¡Me caso!! Y mis cinco, me devuelven a la realidad: ¡Zas, en toda la boca! 

Se casa y el sobre, que resultó ser la invitación, significa que tal evento requiere de mi presencia. Sinceramente, no lo creo. Sana costumbre la que tiene la masa de invitarte/obligarte a asistir a tales acontecimientos. Cualquiera dice que no. "Me hará muy feliz compartir el momento más importante de mi vida contigo" (y con otros 200 invitados). Tiene pinta de que el siguiente momento más importante de tu vida será tu primer hijo y no nos pides a los 200 entrar contigo en el paritorio para ayudarte a empujar. Con suerte, solo te acompañará uno y a ese mismo también lo tendrás el día de tu boda. Poco más te hace falta.

Encima, vuelve a caerse en el término “invitación”. Ojo, hay osados que lo hacen con todas las letras, pero me temo que, como suele ser lo habitual, cuando me catalogas como invitada, en realidad, quiere decir pringada que acoquina con vestido, peluquería, maquillaje, gasolina, zapatos, bolso, complementos…y sobre. Da igual que el tuyo no sea satinado y con mayor gramaje, basta con que esté lleno de billetes. Si te es más cómodo también puedes hacer transferencia, se aceptan todos los medios de pago. En breve, me veo a la suegra pasando el datafono por las mesas.  
 
Marta, seguro que fueron muchos ratos los que pasasteis pensando si casaros era la mejor opción pero ¿en algún momento pensasteis si era necesario hacerlo rodeados de tanta gente? Si no cruzas palabra ni vista conmigo en un año, es tan imprescindible que asista a tu boda? ¿No era importante que estuviera a tu lado cuando te echaron del trabajo, ganaste el torneo de mus de tu barrio, estrenaste casa nueva, el coche te dejó tirada o tuviste la última crisis con la persona con la que sellas, ahora, tu destino? Si la respuesta a todas las preguntas planteadas en este segundo bloque es negativa, obviamente, podrás pasar este día sin mí sin ni siquiera ser consciente de ello. 

Porque ya hemos hecho el cambio de hora, el buen tiempo llegará y las bodas se notan y se sienten en el ambiente; y porque, a pesar de todo, seguro que te toca pringar, os proponemos un look total stylist. Eso sí, de los 90. Por lo menos, darás la nota.


Brillos


En una boda, el blanco es irreverente, es la novia quien tiene el protagonismo. Pero, ¿quién lo necesita? Recurre a las telas extra brillo y con acabado satinado (sí, como los sobres). Este tipo de tejidos serán los mejores aliados cuando la euforia te lleve a apurar las copas, tazas, vasos de tubo o de chupito. Chicos, no obviéis estas líneas, los resplandores no entienden de sexos. 


La importancia, o no, del conjunto


No pierdas el tiempo buscando absurdos conjuntos en los que cada prenda encaje y guarde una misma línea. Eso fue un must en temporadas anteriores. Ahora, lo más "in" es que cada complemento tenga su propia personalidad sin importar que le acompañe. Nuestra apuesta: camisa color crema rancio, corbata verde estampada, americana amarilla con clavel en la solapa y pantalón caqui pesquero con calcetín blanco, eso sí.










 Hombreras, of course

Por favor, que sería de nuestra vida si no contáramos con la inestimable ayuda de este fiel complemento. Definirá tu estructura corporal de forma ejemplar sin ningún esfuerzo. Lo que hacen un par de almohadillitas bajo los hombros. O almohadillazas,  el tamaño lo decides tú, a nosotros, claro, nos gustan las extragrandes.



La importancia del cabello

Dos palabras resumen la pura tendencia: cardado y flequillo. Es imprescindible, que en este último caso, el pelo se sitúe en una distancia aproximada de 10 centímetros con respecto a la frente. De lo contrario, simplemente no sirve, mójalo y vuélvelo a intentar. El volumen importa y, mucho!





 

 

 

"La moda es la pugna entre el instinto natural de vestirse y el instinto natural de desnudarse" (Pitigrilli)



Follow Me on Pinterest
Licencia Creative Commons

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...