Un amigo es un tesoro. Un tesoro no siempre es un amigo. En las relaciones de amistad el orgullo está de más. Aunque sea algo que no sueles hacer en público, ante un amigo te bajas lo pantalones. Y te los vuelves a bajar y te los vuelves a subir. Si la fidelidad es mutua, tú también podrás verle el trasero en alguna ocasión. Los amigos están a tu lado en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza. Y, lo más importante, sin pedirte pasar por el altar. Vosotros decidís como sellar vuestro pacto eterno, antes bastaba con un pinchazo en el dedo índice. Unir las gotas de sangre. Soberana guarrería, prefiero atar lazos con numerosas gotas de alcohol que hagan posible la exaltación de la amistad en su grado más extremo.
Un amigo puede
ser como sea pero, ante todo, es tu colega ¿qué pasa? Yo por mis amigos, como Belén
con Andreíta, MATO. Que no te los toquen. El único con derecho a tirarle del
burro en repetidas ocasiones con críticas varias, eres tú mismo. Recuerda: también a la inversa. Es el mismo sentimiento generado en la relación materno filial: un cuervo
es el principal detractor de su propia madre. Capaz incluso de sacarle los ojos.
Ahora bien, que algún cretino o cretina, da igual el sexo el impulso es el
mismo, tenga la osadía de chistar lo más mínimo de tu santa madre. Te entra un
yo que sé y un que sé yo que... ¡Te lo comes! En crudo, sin guarnición.
Pero no nos
llevemos a engaños, en las relaciones de amistad no siempre el arco iris es un tobogán
por el que bajan entusiasmados los osos amorosos. Los osos eran tiernos y
adorables pero los humanos, generalmente, somos egoístas, envidiosos, caprichosos
y falsos. Tampoco tenemos un corazón dibujado en la barriguita, tenemos uno de
verdad pero oscuro situado un poco más arriba y, algunos, ni siquiera eso. Por eso, lo
más habitual, es que tus amigos de verdad se puedan contar con los dedos de una
mano. El resto, te sirven dependiendo el momento pero a los tuyos puedes recurrir
siempre que los necesites. Como los zapatos, igual. Los tienes a pares, y
presumes de ello, pero siempre utilizas los mismos.
Si todavía no has
encontrado un amigo fiel, no desesperes. Siempre te quedará la opción de
crearte una realidad paralela en Facebook con un total de 2000 amigos de los de
verdad que incluso compartan sus fotos contigo y “Les guste” todo lo que
publiques en tu muro. Si prefieres un contacto más cercano, adopta a un perro. A
los que ya lo han hecho, parece haberles cambiado la vida. Es tanto lo que te
aporta. Y no lo discuto, doy fe de que existen muchos animales extremadamente más
inteligentes que algún humano. Sí Cañete, incluso si eres hombre. Pero hagamos uso de la parte racional que nos diferencia
del cánido, son animales y, aunque para nosotros sea de lo más digno vivir en
pisos de 40m, para ellos es un puto
infierno. Sí, sí, que moverán el rabo encantados en vuestra presencia, pero lo que de verdad quieren es
ir a meter el hocico en boñigas varias y culos ajenos. Eso sí, nunca más
estarás solo. Su cuerpo peludo te acompañará en el sofá, en el paseo matutino
de las seis de la mañana, en tus vacaciones en la playa. Decorará tus estancias
con sus mordiscos infantiles, con sus brillantes cabellos, con sus transparentes
babas. Amenizará tu momentos de relajación, y los de tus vecinos, con sus
profundos aullidos, ladridos. Intensificará tu responsabilidad cívica haciéndote
recoger sus defecaciones recién salidas del horno. Potenciará tu generosidad y
tu dinero será el suyo. Como con los humanos, en esta caso las cervezas, también, las pagas tú.
Son muchos los que se han sumado al movimiento perruno, de hecho, un acontecimiento único ha inspirado mi entrada. Ayer, 28 de mayo, fue el Día del Perro sin Raza. Toma ya. Bueno, era previsible. El pasado 25 de mayo fue el Día del Orgullo Friki.
Me consta que muchas madres desean con fervor que sus bebés sean niñas para jugar a las Barbies y vestirlas con modelitos imposibles. La perra de la imagen (al menos, espero que sea hembra) ha servido como bálsamo a la fustración de alguna de estas señoras actuando como modelo ejemplar. Visto lo visto, desde aquí propongo que la próxima edición de la Reina del Carnaval sea de caracter canino. Sí, tiene planta.
Resignación, esa es la palabra. Las chaquetas de esquí entre féminas o cánidas son pura tendencia para los meses de frío. El plumíferos es lo más y el mejor aliado para un look impecable incluso con temperaturas extremas.
Sufrir para
presumir no está de moda. La perrita ha pensado hasta en el último detalle y combina la cazadora con camiseta interior térmica y botas con pelo a juego. No se puede pedir más.
No sólo en la indumentaria encontramos asombrosos ejemplos de estilo. Loca me he quedado al observar como esta preciosa perrita utiliza para su peinado las últimas tendencias. 1. Que me perdonen si me equivoco pero desde el convencimiento digo que esta criatura se ha puesto mechas. De lo contrario, la naturaleza ha sido tremendamente injusta con el género humano dándonos cabelleras insulsas sin variedad cromática tan apasionante como la vista en la imagen. 2. Para lograr esa forma ha tenido que tirar del complemento de peluqueria conocido vulgarmente como Donuts. Si no, no me lo explico. Entre tanto exceso, no estoy segura de que el lazo fuera necesario. Eso sí, aporta un toque de color desenfado.
Nuestro amigo es un auténtico killer de la moda. Muestra con estilo un diseño de esmoquin de corte tradicional con camisa blanca y corbata negra XL acorde con el tamaño de quien la luce.
Cada vez es más habitual que las parejas esperen a que sus hijos sean mayores para que puedan asistir a la boda de sus padres. Ahora también podrás llevarte al perro. Sin duda, irá más elegante que muchos de los invitados. Tengo un evento de etiqueta ¿quién se queda con el perro? Es un cóctel, puedo llevármelo.
"La autoridad de la moda es tan absoluta que nos fuerza a ser ridículos para no parecerlo" (Joseph Sanial Dubay)
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